10 de agosto 2025
La segunda epístola a los Corintios, capítulo 4, versículos 1-18, es un pasaje central en el que el apóstol Pablo expone la naturaleza de su ministerio, la paradoja del sufrimiento y la esperanza de la gloria eterna. El tema principal es el contraste entre la fragilidad humana y el poder divino, simbolizado en la frase “vasos de barro”.
Aquí se presenta un desglose de las ideas principales:
El ministerio en la verdad y la integridad (vv. 1-6)
- No desmayar (v. 1): Pablo y sus compañeros no se desaniman en su ministerio, sino que lo llevan a cabo con la misericordia que han recibido de Dios.
- Rechazar la deshonestidad (v. 2): Han renunciado a la manipulación, el engaño y la adulteración de la Palabra de Dios. En cambio, se recomiendan a la conciencia de todos mediante la manifestación de la verdad.
- El velo de los incrédulos (vv. 3-4): Si el evangelio está oculto para algunos, es porque el “dios de este mundo” (Satanás) ha cegado el entendimiento de los incrédulos para que no vean la luz del evangelio de Cristo, quien es la imagen de Dios.
- Predicar a Cristo, no a sí mismos (v. 5): Su mensaje se centra en que Jesucristo es el Señor, y ellos son siervos de los creyentes por amor a Jesús.
- La luz de Dios en el corazón (v. 6): El mismo Dios que mandó la luz de la oscuridad ha hecho que su luz resplandezca en los corazones de los creyentes para darles el conocimiento de su gloria, que se ve en el rostro de Jesucristo.
El tesoro en vasos de barro (vv. 7-12)
- Fragilidad humana (v. 7): Pablo utiliza la poderosa metáfora de “vasos de barro” para describir a los creyentes. Estos recipientes frágiles e insignificantes contienen el inestimable “tesoro” del evangelio. Esto sirve para que el poder que actúa a través de ellos no se atribuya a la persona, sino a Dios.
- Presión, pero no desesperación (vv. 8-9): A pesar de estar en apuros, perseguidos, abatidos o derribados, no se desaniman ni se desesperan. No son destruidos por estas dificultades.
- Llevar la muerte de Jesús (vv. 10-11): La vida de los apóstoles está marcada por el sufrimiento y el peligro de muerte, reflejando el destino de Cristo. Sin embargo, este sufrimiento tiene un propósito: manifestar el poder vivificador de Jesús en sus vidas.
- Muerte y vida (v. 12): La muerte obra en los apóstoles (a través del sufrimiento), para que la vida de Cristo pueda obrar en los creyentes.
Fe, tribulación y gloria (vv. 13-18)
- Creer para hablar (v. 13): Pablo se refiere al Salmo 116 para afirmar que, al igual que el salmista, ellos también creen y por eso hablan. Su fe les da la valentía para predicar el evangelio a pesar del sufrimiento.
- Esperanza en la resurrección (v. 14): La certeza de que Dios resucitó a Jesús les asegura que también los resucitará a ellos y los presentará gloriosos junto a los creyentes.
- Sufrimiento para la gloria de Dios (v. 15): Los sufrimientos de Pablo son para el beneficio de la iglesia y la gloria de Dios. A través de ellos, la gracia de Dios se extiende a más personas y crece la acción de gracias a Dios.
- Renovación interior (v. 16): A pesar de que el cuerpo se desgasta con el tiempo y las aflicciones, el “hombre interior” se renueva cada día.
- El contraste de la aflicción y la gloria (v. 17): Las aflicciones actuales son “leves” y “momentáneas” en comparación con la “excelente y eterno peso de gloria” que producen en nosotros. Este contraste pone en perspectiva el sufrimiento terrenal frente a la recompensa eterna.
- Mirar lo invisible (v. 18): El enfoque del creyente debe estar en las realidades eternas e invisibles, no en las cosas temporales y visibles de este mundo. Las cosas visibles son pasajeras, pero las invisibles son eternas.








